22 Nov Brecha salarial de género: un problema persistente
La desigualdad salarial entre hombres y mujeres sigue siendo una realidad en México, a pesar de los avances legislativos para combatirla. A nivel global, el concepto de “igualdad salarial” busca garantizar que hombres y mujeres reciban el mismo pago por realizar un trabajo de igual valor. Sin embargo, en la práctica, esta meta aún está lejos de alcanzarse.
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Un reconocimiento legal insuficiente
En México, la Ley Federal del Trabajo establece el principio de igualdad salarial. Desde su artículo 86, se garantiza que el salario debe ser proporcional a la cantidad y calidad del trabajo realizado, sin discriminar por género. Además, el artículo 2 menciona explícitamente que el trabajo debe desarrollarse con respeto a la dignidad humana, sin distinción de sexo.
A pesar de este marco legal, datos recientes revelan una brecha persistente: en promedio, las mujeres ganan 14.4% menos que los hombres por desempeñar actividades similares, según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
¿Por qué persiste la brecha?
El problema no solo radica en la diferencia de pago, sino en un cúmulo de factores estructurales que perpetúan esta desigualdad:
- Segregación laboral. Las mujeres suelen estar concentradas en sectores menos remunerados o con menor proyección de crecimiento.
- Falta de corresponsabilidad en el cuidado. Muchas mujeres deben equilibrar su vida laboral con tareas no remuneradas en el hogar, lo que limita su desarrollo profesional.
- Techos de cristal. Las barreras invisibles que impiden a las mujeres acceder a puestos de liderazgo y mejor remunerados son una realidad que afecta a diversos sectores.
Avances en materia de igualdad salarial
En los últimos años, las empresas y gobiernos han implementado iniciativas para reducir esta brecha. Por ejemplo:
– Certificaciones de igualdad laboral. Programas como el Distintivo Empresa Incluyente Gilberto Rincón Gallardo reconocen a las organizaciones que implementan políticas inclusivas.
– Auditorías salariales. Cada vez más empresas evalúan sus esquemas de pago para identificar y corregir desigualdades.
– Conciliación laboral y familiar. Algunas organizaciones están promoviendo esquemas flexibles para balancear la vida profesional y personal de sus empleados.
Hacia una verdadera igualdad
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que, al ritmo actual, cerrar la brecha salarial de género podría tomar más de 200 años. Sin embargo, México tiene una oportunidad única para acelerar este proceso al combinar esfuerzos del sector privado, público y la sociedad civil.
Para lograrlo, es esencial:
– Fortalecer la legislación existente. Incorporar mecanismos que obliguen a las empresas a reportar sus diferencias salariales y establecer sanciones.
– Promover la participación femenina. Impulsar la educación y capacitación de mujeres en áreas estratégicas de la economía, como ciencia y tecnología.
– Crear políticas de cuidado. Desarrollar sistemas que permitan a las mujeres y hombres compartir responsabilidades familiares de manera equitativa.
Combatir la brecha salarial de género no solo es un tema de justicia social, sino también un factor clave para el crecimiento económico. La igualdad en el trabajo no es un privilegio, sino un derecho que, al ser garantizado, beneficiará a toda la sociedad.
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Fuente: El Economista
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