18 Feb Cómo lograr una buena desintoxicación digital laboral

En muchos aspectos, la tecnología nos ha facilitado parte de la vida personal y profesional, sin embargo la otra cara de la moneda es que su uso excesivo puede afectarnos en la salud física y mental. Esto ha sido más relevante en estos dos últimos años de pandemia, en los que el teletrabajo ha ido en aumento y ha provocado que los colaboradores tengan más contacto de lo habitual con herramientas digitales.

En Bermúdez Abogados somos una firma de abogados con más de 35 años de experiencia en derecho laboral.

De acuerdo con el Índice de Tendencia Laboral 2021 de Microsoft, en Latinoamérica el 42% de la fuerza laboral se siente con sobrecarga de trabajo y 31% reporta agotamiento laboral. En nuestro país se estima que el 75% de la población padece tecnoestrés.

La extensión de las jornadas laborales, el incremento en las cargas de trabajo y la necesidad de estar conectado 24/7 a herramientas tecnológicas pueden generar el tecnoestrés. El tecnoestrés es el resultado de la migración del cerebro, que está acostumbrado a estímulos físicos, a un ambiente digital con nuevas configuraciones a las que debe adaptarse para poder interactuar con estas expresiones de comunicación.

Adicionalmente a la hiperconectividad por el trabajo, las personas tienden a tener un uso intensivo de la tecnología en su vida personal. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) estima que el 75% de la población mayor a seis años cuenta con un celular inteligente.

Tanto a nivel profesional como personal, el uso intensivo del celular puede provocar nomofobia (no-mobile-phone phobia) o miedo a no tener acceso al teléfono celular, depresión o ansiedad de quedarse fuera de la conversación en redes sociales o de lo más reciente en internet, mejor conocido como FOMO (Fear of Missing Out).

¿Cómo nos podemos desconectar digitalmente?

Para realizar una desconexión digital, los especialistas sugieren lo siguiente:

1/ Despertador tradicional

Aunque no está a la moda, para iniciar el día, es necesario cambiar el teléfono celular por un reloj despertador de los de toda la vida. Eso ayuda a que en cuanto uno lo apaga se levanta y concentra su energía para iniciar un nuevo día.

2/ Definir la agenda

Ya en el trabajo, es necesario organizar los tiempos. Contar con momentos para leer y contestar correos electrónicos. Idealmente, se debe revisar el buzón de una a dos veces al día, de 30 a 45 minutos en la mañana cuando inicia la jornada y por la tarde antes de terminarla. En caso de que hubiera algo urgente, solicitar en el título del mensaje que escriban que es prioritario para que se lea de manera inmediata.

3/ Sana distancia

En ocasiones tenemos que usar el celular para nuestras tareas y es difícil separarnos, sin embargo es necesario que lo mantengamos a distancia.

4/ Escala de grises

Para disminuir la dependencia del móvil, los celulares tienen la opción de ver la pantalla en tonalidades de grises, lo cual reduce los estímulos visuales y con ello el tiempo de atención a lo que se muestra en la pantalla.

5/ Bloqueo de aplicaciones

Se pueden utilizar herramientas para bloquear aplicaciones o programas. Son gratuitos y sólo se debe decidir a qué páginas web no se quiere tener acceso durante cierto período de tiempo en el trabajo, o bien, limitar el número de accesos o tiempo que se puede navegar dentro de estas. Otra opción es colocar las aplicaciones favoritas en una carpeta de difícil acceso.

6/ Fuera de vista

Guarda el celular en una bolsa. Ya sea que esté en una junta o en una reunión familiar o con amigos, es sano pedir que todos depositen en una bolsa todos sus dispositivos y que los pongan en modo silencio. Al no tenerlos a la mano, propicia que las personas se concentren en lo que se está platicando y se eviten distracciones.

Bermúdez Abogados asesora y acompaña a empresas y particulares en materia laboral. Puede comunicarse con nosotros al WhatsApp 55 5415 1674, al teléfono 5574 2428 o bien al correo electrónico info@bermudezabogados.mx y podrá recibir una asesoría laboral gratuita.

Fuente: El Economista