21 Jun Estrés laboral decrece por primera vez después de la pandemia

Por primera vez en cinco años, la cantidad de trabajadores que padecen estrés laboral ha disminuido. Actualmente, el 41% de las personas con empleo en el mundo reporta experimentar un alto nivel de estrés diario en su organización, una reducción anual de tres puntos porcentuales, según el informe El estado del lugar de trabajo 2024 de Gallup.

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Un vistazo a la evolución del estrés laboral

En 2019, justo antes de la pandemia de Covid-19, el estrés laboral aumentó del 38% al 39%. Este indicador alcanzó su punto máximo entre 2021 y 2022, con un 44% de trabajadores reportando altos niveles de estrés, el registro más alto desde que Gallup comenzó a medirlo en 2009.

Diferencias por género y esquemas laborales

Las mujeres continúan reportando niveles más altos de estrés laboral (43%) en comparación con los hombres (39%). En ambos casos, estos porcentajes disminuyeron tres puntos porcentuales respecto al reporte de 2023. Por esquema laboral, los trabajadores en formato híbrido, que combinan días presenciales y remotos, reportan el mayor nivel de estrés laboral (42%), mientras que aquellos en trabajo completamente remoto o presencial tienen una proporción del 39%.

Impacto de las prácticas de gestión

Según Jon Clifton, CEO de Gallup, “el estrés varía significativamente según las prácticas de gestión en las organizaciones. Aquellos que trabajan en empresas con malas prácticas de gestión tienen 60% más probabilidades de padecer estrés que quienes trabajan en entornos con buenas prácticas”.

Compromiso laboral y la «renuncia silenciosa»

Aunque el estrés ha disminuido, el compromiso laboral sigue estancado. Actualmente, solo uno de cada cinco trabajadores (23%) se siente comprometido con su empleo. Por otro lado, la “renuncia silenciosa”, donde los empleados cumplen con lo mínimo necesario para mantener su trabajo, aumentó a 62%, tres puntos porcentuales más que el año pasado. En la misma proporción disminuyó el número de empleados que se consideran activamente desconectados de su organización, alcanzando el 15%.

Bienestar: una realidad diferenciada por edades

El bienestar global de los trabajadores se redujo de 35% a 34% en el último año, impulsado principalmente por una disminución en la percepción de prosperidad entre los empleados más jóvenes. Entre los menores de 35 años, el 31% considera que sus vidas están prosperando, una reducción de cuatro puntos porcentuales en un año. En contraste, para los mayores de 35 años, esta proporción es del 36%, un avance de un punto porcentual.

Gallup advierte que esta divergencia generacional debe estar en el radar de los líderes, ya que muchos de ellos pueden no percibir el presente y el futuro de la misma forma que los trabajadores jóvenes. Además, subraya que soluciones como las aplicaciones de bienestar son insuficientes si no se acompañan de una gestión de talento integral.

Impacto en la salud mental y emociones

El informe de Gallup 2024 enfatiza el impacto del trabajo en la salud mental de los trabajadores, afectando emociones como la satisfacción, el estrés, el enojo, la preocupación, la tristeza y la soledad. “El deterioro global de la salud mental es preocupante. A algunos les preocupa que estemos en una espiral sin control”, destaca Jon Clifton.

La salud mental, aunque no depende exclusivamente del trabajo, es influenciada significativamente por este. Los empleados insatisfechos tienden a registrar mayores niveles de estrés, preocupación y otras emociones negativas. Por ejemplo, la emoción del enojo está presente en el 17% de los empleados comprometidos, pero aumenta al 32% entre los desconectados. La preocupación sigue una tendencia similar, con un 30% entre los comprometidos y un 52% entre los desconectados.

Satisfacción y desarrollo personal

Las emociones positivas también muestran una brecha significativa. La satisfacción está presente en el 88% de los empleados comprometidos, pero se reduce al 57% entre los desconectados. En cuanto al desarrollo personal, la diferencia es aún mayor: 50% contra 17%, respectivamente.

El informe concluye que, en muchos aspectos del bienestar, estar desconectado del empleo es igual o peor que estar desempleado. En contraste, cuando los empleados valoran su trabajo y las relaciones personales en este entorno, el empleo se vincula con altos niveles de satisfacción y bajos niveles de emociones negativas.

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Fuente: El Economista