08 Ago IA podría afectar a más de un tercio de los empleos en Latam
Entre un 26% y un 38% de los empleos en América Latina y el Caribe están expuestos a la inteligencia artificial, mientras que entre un 2% y un 5% corre el riesgo de ser completamente automatizados, según un reciente reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Mundial.
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El informe destaca que, aunque la inteligencia artificial puede transformar los puestos de trabajo existentes o crear nuevas posiciones, las brechas en la infraestructura digital y otras desigualdades podrían limitar sus posibles impactos positivos en la región.
El estudio señala que las mujeres, los trabajadores urbanos, los jóvenes y aquellos con mayor educación en sectores formales están más expuestos a los riesgos de automatización por la inteligencia artificial generativa (IAG). Esto podría exacerbar las desigualdades económicas regionales y aumentar la informalidad laboral.
Ana Virginia Moreira Gomes, directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, enfatizó la necesidad de un diálogo social inclusivo para gestionar los impactos de la IAG.
«Al fomentar conversaciones significativas entre los responsables políticos, los líderes la industria, los trabajadores y los sindicatos, podemos garantizar que el poder transformador de la IA se aproveche de manera responsable, abordando las necesidades de todos los trabajadores y mitigando al mismo tiempo los riesgos asociados», afirmó.
El reporte también destaca los beneficios potenciales de la IAG, indicando que podría mejorar la productividad de entre el 8% y el 14% de los puestos de trabajo, especialmente en los sectores urbano, educativo y formal, así como entre las personas con ingresos más altos. Estos beneficios se distribuyen de manera más equitativa en términos de género y edad, aunque predominan en empleos formales en zonas urbanas y entre individuos con mayores niveles de educación e ingresos.
Los trabajadores asalariados y autónomos —como peluqueros, vendedores, arquitectos o agentes inmobiliarios— y aquellos en los sectores de educación, salud o servicios personales tienen mayores probabilidades de beneficiarse de los efectos transformadores de la IAG, según el informe.
El estudio también aborda las brechas en el acceso digital, señalando que la pérdida de productividad debido a esta desigualdad afecta más a los trabajadores que viven en la pobreza. Por ejemplo, en Brasil, aunque el 8.5% de los trabajadores pobres podrían beneficiarse de la IAG, solo el 40% de ellos podría hacerlo debido al uso limitado de tecnologías digitales en el lugar de trabajo.
Este análisis subraya la necesidad de abordar las desigualdades en la infraestructura digital para maximizar los beneficios de la inteligencia artificial en la región y minimizar sus riesgos.
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Fuente: El Economista
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