29 Ago Las políticas en la flexibilidad laboral

La flexibilidad laboral ya no es solo una opción, sino una exigencia creciente en el entorno laboral actual. Los empleadores están cada vez más enfocados en adaptarse a las expectativas de una fuerza laboral que valora un equilibrio entre la vida personal y profesional. Sin embargo, el éxito de estos nuevos modelos de trabajo depende en gran medida de las políticas que los regulen.

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Rogelio Salcedo, socio de Axialent, subraya la importancia de que los líderes establezcan reglas y límites claros en las políticas de flexibilidad laboral para asegurar un entorno de trabajo productivo. Cuando se implementa la flexibilidad sin un marco regulador bien definido, pueden surgir problemas que afectan tanto a los empleados como a las empresas.

«Es fundamental que los líderes definan reglas claras para evitar ambigüedades y asegurar que la flexibilidad no se convierta en una carga o una fuente de conflictos», añade Salcedo.

Los nuevos esquemas laborales ofrecen beneficios claros, como la posibilidad de trabajar desde casa o ajustar los horarios, lo que contribuye a una mejor calidad de vida y, en algunos casos, a una mayor productividad. No obstante, sin reglas bien definidas, pueden surgir ambigüedades y conflictos en torno a las expectativas y responsabilidades, dejando a empleados y líderes en la incertidumbre sobre cómo gestionar horarios flexibles y qué se espera en términos de disponibilidad y rendimiento.

Estrella Vázquez, directora y fundadora de Time2Grow, resalta la importancia de la capacitación para que empleados y líderes aprendan a gestionar su tiempo y prioridades en un entorno flexible.

«Es crucial que los líderes desarrollen habilidades de comunicación asertiva y sensibilidad para identificar cuándo un problema es de expectativas y resultados, y cuándo se trata de un asunto más personal que requiere una intervención humana», comenta Vázquez.

Un informe de McKinsey revela que durante la pandemia, las empresas que adoptaron prácticas de trabajo flexible experimentaron un aumento del 15% en su rentabilidad en comparación con aquellas que no lo hicieron. Esto sugiere que los empleados que disfrutan de flexibilidad tienden a ser más leales y comprometidos con sus empleadores. Sin embargo, la flexibilidad también puede convertirse en un arma de doble filo.

De acuerdo con Gallup, la mayoría de los empleados a nivel global no están comprometidos con su trabajo, y esto cuesta aproximadamente 8.8 billones de dólares anuales en pérdidas de productividad, equivalente al 9% del Producto Interno Bruto (PIB) global. La combinación de flexibilidad laboral y falta de compromiso puede ser contraproducente. De hecho, tras la pandemia de Covid-19, el 42% de los trabajadores consideró que regresar a la oficina les hacía más productivos.

Los desafíos de la flexibilidad laboral

La implementación de un modelo de trabajo flexible sin políticas claras puede conducir a conflictos internos y a una disminución en el rendimiento. Según los especialistas, algunos de los principales retos son:

#1 Guía sobre tareas y actividades. Sin una dirección clara, tanto empleados como líderes pueden tener dificultades para gestionar horarios flexibles y cumplir con las expectativas de disponibilidad y rendimiento.

#2 Equidad en las políticas de flexibilidad. La percepción de injusticia puede surgir si algunos empleados se benefician más que otros, especialmente si no todos los roles son igualmente compatibles con el trabajo remoto o flexible.

#3 Integración de tecnología. Sin sistemas automatizados adecuados, el trabajo flexible puede aumentar la carga administrativa en lugar de reducirla, afectando la eficiencia y la satisfacción de los empleados.

#4 Capacitación. El desarrollo insuficiente de habilidades en gestión del tiempo y comunicación puede llevar a una falta de productividad y coordinación. Tanto líderes como empleados necesitan formación para utilizar efectivamente las herramientas de comunicación y gestión de proyectos en un entorno flexible.

Evaluación de roles para un esquema flexible

Salcedo enfatiza que no todos los empleados son aptos para el trabajo remoto. Es esencial evaluar las funciones del puesto y las habilidades de autogestión de cada persona para que el trabajo flexible sea efectivo.

«La flexibilidad implica también la responsabilidad de estar disponible cuando se necesite. No todos son aptos para trabajar desde casa; algunas personas necesitan un entorno estructurado para ser productivas», añade Estrella Vázquez.

Los especialistas coinciden en que es crucial evaluar cada rol dentro de la organización para determinar si es adecuado para un esquema de flexibilidad laboral. Un análisis detallado permitirá adaptar las políticas de flexibilidad a las características y necesidades específicas de cada puesto, garantizando un rendimiento óptimo.

Gestión y comunicación: habilidades para un trabajo flexible

Una recomendación clave de los expertos es la automatización y la capacitación en gestión del tiempo, ya que ambos elementos son esenciales para implementar un entorno de trabajo flexible y eficiente.

La capacitación es igualmente importante. Es esencial enseñar a empleados y líderes a gestionar su tiempo y prioridades, y a comunicarse de manera efectiva en un entorno flexible.

Los especialistas coinciden en que las organizaciones deben adoptar un enfoque equilibrado y bien estructurado para superar los desafíos de la flexibilidad laboral. Esto incluye la creación de reglas claras, la promoción de la equidad y el fomento de habilidades que permitan una integración efectiva de la flexibilidad en las operaciones diarias. De esta manera, el trabajo flexible garantizará la productividad y será sostenible a largo plazo.

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Fuente: El Economista